En los últimos días, he tenido que tomar decisiones muy difíciles, sé que son lo mejor, no sólo para mí, también para las personas que me rodean y a las que quiero mucho.
Mientras estaba ordenando mi cuarto, encontré mi libro "El arte de la guerra"; comencé a hojearlo y me detuve en esta frase:
"Un terreno aunque puede ser disputado, no debe ser objeto de lucha si se sabe que una vez conquistado será difícil de defender o que no se obtendrá ningún beneficio de su conquista y que posiblemente será contraatacado y habrá pérdidas que lamentar".
Reflexioné por unos minutos y me di cuenta, que en realidad esa idea era la que me había impulsado a abandonar algo, que a pesar de querer tanto y disfrutarlo, no iba a poder defender en contra de todas las adversidades. Lamentablemente, descubrí que estaba sola, analicé cuales eran mis debilidades y mis fortalezas y decidí retirarme.
Alguien me dijo que cuando te tiran un golpe te quedan dos opciones: aguantar o regresarlo. Yo elegí otra, vi venir un puño contra mí y decidí quitarme para que quien lo tiró se caiga al suelo.
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